Esta foto la hice navegando en el Golfo Nuevo, frente a Puerto Madryn
Fue un día absolutamente ideal para fotografiar, con el mar totalmente planchado durante la mayor parte de la navegación y el cielo con bastantes nubes, lo que ayudaba a suavizar las luces, permitiendo lograr mejores detalles en toda la foto, al no tener contrastes tan marcados por zonas de luces y sombras.
Si bien prefiero utilizar lentes fijos para mis fotografías, en casos como estos, donde lo que trato de fotografiar es tan dinámico e impredecible en sus movimientos, es necesario utilizar un zoom por la versatilidad que brinda.
Por ese motivo, comencé la jornada fotografiando con dos lentes distintos, un 24-85 y un 70-200, en función de cómo iban apareciendo los delfines y la distancia a la que nos encontrábamos.
Dadas las condiciones tan ideales existentes, luego de unos 40 minutos ya había obtenido el material mínimo que pretendía y me dispuse a comenzar a utilizar distintos lentes fijos, buscando hacer fotos con mayor énfasis en la composición y la creatividad y a su vez, con mejor calidad.
Luego de un buen rato fotografiando con un Zeiss 21 mm, buscando componer con los animales que estaban cerca de la embarcación y el paisaje circundante, los animales se alejaron de la embarcación y había un grupo grande nadando y saltando a unos 20 ó 30 metros.
En esas condiciones, decidí buscar otro tipo de fotos y cambié el lente, poniendo un teleobjetivo 400 mm. tratando en este caso de fotografiar a los delfines que saltaban a esa distancia y que, con ese lente me permitiría tener el animal completo en el aire, registrando los movimientos acrobáticos que hacían.
A los pocos minutos, veo que un par de delfines aparecen saltando cerca de la embarcación, quizás a unos 6 ó 7 metros.
Si bien al estar tan cerca, sabía que no iba a poder lograr las fotografías que estaba inicialmente buscando, con el cuerpo entero del delfin saltando, pensé que podría ser interesante buscar el detalle del momento del salto (aún sabiendo que iba a ser muy difícil de captar).
Acá viene el primer aspecto técnico a tener en cuenta, dada la gran velocidad que tienen estos animales, si lo que quería lograr era «congelar» el movimiento, tenía que trabajar con una velocidad altísima, y en función de eso, ajustar el resto de los parámetros.
Sabía que la velocidad tenía que estar en el orden de 1/1000 a 1/2000 de segundos, idealmente más cerca de este último.
Medí la luz y fijé la velocidad en 1/1600, para la apertura elegí 5,6 (siendo 4 la mayor apertura de ese lente) y el ISO resultante fue 200, que para este tipo de cámaras no es ningún inconveniente.
Con esos parámetros fijados, hice tres intentos y en el tercero, logré capturar al animal en el momento exacto del salto.
Una pregunta recurrente fue si había fotografiado «en ráfaga», es decir, dejando el disparador apretado y dejando que la cámara disparara varias fotos por segundo. La respuesta es no, porque creo que eso no es conveniente para este tipo de fotografías donde hay que captar el instante exacto, que dura una milésima de segundo. Disparando en ráfaga, lo más probable es que nunca captemos el instante que queremos, que siempre hagamos la foto antes o después del mismo.
Por eso, lo importante en este tipo de fotografías es tratar de anticiparnos a los movimientos del sujeto que estamos fotografiando, buscando prever lo que va a pasar, es la única forma de poder captar esos momentos.
Obviamente que, cuanto más conozcamos del sujeto a fotografiar, su comportamiento, sus desplazamientos, sus movimientos, más fácil nos resultará lograr este tipo de fotografías con consistencia.
Otro aspecto que considero importante es ir siempre con un plan de lo que queremos fotografiar y estar preparados para ello, pero a su vez estar abierto a las sorpresas que aparezcan y tratar de aprovecharlas.
Datos técnicos de la foto:
Cámara: Canon 5D Mark II
Lente: Contax N 4/400
Apertura: f/5,6
Tiempo: 1/1600″
ISO: 200